Las siguientes líneas pertenecen al artículo de opinión que Lara García, periodista en este medio y una de las protagonista del canal A pie de taller, escribía para nuestro último periódico. En ellas reflexiona sobre el mal que, de puertas para afuera, hacen al gremio los profesionales que en redes sociales critican el trabajo de sus colegas de profesión. Este es su mensaje:
“Ayer, un día cualquiera en nuestro taller familiar -Dagauto, en Alcalá de Henares-, ocurrió algo… nada extraordinario a decir verdad, pero que me hizo pensar. Quizá ese día estaba yo más reflexiva de la cuenta…
Estaba con mi madre hablando en la oficina, cuando entraron por la puerta mi padre y un cliente -joven, de veinticinco años- que venía a pagar la factura de la reparación de su coche.
Le pregunté que de dónde venía. “De Fuenlabrada”, me dijo. Aquello, a la par que me resultó curioso -nuestro taller está a unos 40kilómetros de distancia de allí -, me alegró mucho… Y así debí hacérselo ver con la expresión de mi cara: “Me dais confianza”, dijo inmediatamente después, “no le dejo el coche a cualquiera… ni siquiera conducirlo”.
Aquellas palabras me hicieron reflexionar: sobre el enorme poder de la confianza; lo importante que es y en lo crucial que es para nuestro negocio saber transmitirla, ser capaces de hacer que cale en el de enfrente y lo bonito y gratificante que es que lo haga con tanta fuerza que, cuando tenga que llevar el coche al taller, quiera hacerlo en el tuyo.
Lo segundo que me sorprendió fue cómo pagó -y no era poco-: sonriendo, agradecido y con la tranquilidad de saber que además de que había dejado su coche en las manos correctas, tenía dónde volver a dejarlo en caso de necesitarlo. “Ya me diréis cuándo toca la revisión”, nos decía antes de despedirse.
Pero todos sabéis que esto no es casualidad. Esa relación es resultado de una forma de trabajar: claridad, honestidad, transparencia y empatía con el cliente, voluntad de solucionarle su problema. Ya me entendéis…
Como decía nuestro director en su discurso en la final del MVP del Taller los talleres están repletos de grandes profesionales que nos cuidáis a mí, a mis padres, a mi hermano, a mis amigos, a los que circulan a mi alrededor. A todos. Y es fuerte: ¿Cuántas reparaciones se hacen al día en toda España? ¿Cuántos desplazamientos se hacen a diario? Sin embargo, ¿cuántos incidentes ocurren? ¿Cuántos coches se ven tirados en la carretera? ¡Como para no confiar en vosotros! Sois la caña.
Ya dije en un artículo de opinión anterior que no os creéis el valor que tenéis, como tampoco se lo creen los de fuera, los usuarios. Y a mí cuando escucho malas palabras hacia vosotros, me hierve la sangre… más aún, todo sea dicho, cuando sois vosotros mismos los que las decís. Creo que no estáis lo suficientemente valorados y quizás este sea uno de los motivos. No sé, pero algo estamos haciendo mal…”