Carlos G. Pozo, director de La Comunidad del Taller, escribe en su blog una entrada dirigiéndose a los futuros ‘influencers’ del sector…
“Siempre digo que nuestro sector es como un pueblo: más o menos todos nos conocemos, sabemos el lugar que ocupamos y de las familias que venimos –“¿Y tú de quién eres?”. Seguro que te sentiste un poquito así en tu primer evento social-. Y quien ha tenido un pueblo, o ha vivido en uno, sabe muy bien lo exótico que resultaban aquellos forasteros que llegaban en verano. ¡Ay, esos forasteros…!
Esta introducción tiene su porqué, verás…
Hace unos meses, o años ya -cómo pasa el tiempo-, que han llegado a nuestro pueblo algunos forasteros de lo más exóticos: los ‘influencer’, ya sabes, aquellos que a través de las redes sociales tienen el poder de influir sobre sus seguidores, convertidos en algunos casos en auténticos fans.
Y son forasteros no porque vengan de fuera del sector, sino porque siendo de los nuestros, y en algún caso llevando incluso décadas trabajando en él, gracias al papel que las redes sociales les han otorgado ahora tienen una función añadida… y también una responsabilidad.
Muchos mecánicos acudieron a las redes sociales como consecuencia del fenómeno ‘Gaitán’. Es lógico. Y siendo absolutamente entendible que lo hagan, porque es muy evidente lo que una buena difusión puede aportar a un negocio desde el punto de vista comercial, me gustaría también que antes de ponerse delante de una cámara se reflexionara acerca de la responsabilidad que es justo asumir cuando al otro lado de la pantalla hay miles de personas observando.
Y es que, como siempre pasa, tan importante es el ‘qué’ como el ‘cómo’. Y deberíamos aprender que no todo vale.
Así que si te sientes llamado por el efecto de las redes sociales, aprovecha para hacerte un hueco. ¡Tú puedes! Sólo te pido algo: elige el camino correcto.
Hay varios ejemplos de muy buenos profesionales de nuestro sector que han logrado tener una enorme notoriedad en redes sociales sin ensuciar la imagen del de enfrente. Que además de poner en valor su propio negocio hacen sector y contribuyen con el altavoz que tienen en redes sociales a que se nos perciba un poquito mejor desde fuera.
Ese es el camino.
Y es algo que no está reñido con denunciar determinadas situaciones cuando sea justo hacerlo, claro. Qué vamos a decir nosotros de eso, que somos periodistas.
Pero al hacerlo, sé justo y sobre todo honesto. Asume la responsabilidad de señalar de forma certera aquello que está mal hecho: no caigas en generalizar, extendiendo la sombra de la duda sobre el sector en su conjunto.
Y es que ese truco de hacer parecer al resto unos completos ‘piratas’ para poder ser tú el salvador de los usuarios ya está visto. No caigas en el error.
Recuerda: no todo vale.
No difames a tus compañeros de profesión, créeme, no lo necesitas.
Que este es tu pueblo, hombre, cuida de él”.
Hola a todos. Lo primero ES DEFENDER la libertad de expresión y de opinión. Faltaría más. Pero coincido con la carta y efectivamente NO TODO VALE. Tenemos la libertad de comentar, opinar y criticar a quienes perjudican el buen hacer de miles de profesionales, pero por favor, intentemos no difundir una imagen negativa del sector. Un saludo.
Totalmente de acuerdo, todos sabemos de al menos uno, que negocia con proveedores, para hacerles publicidad, a costa de enfangar a los otros
Completamente de a cuerdo , no todo vale . Reportaje de 10 .